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30 Pero yo sé bien que ni tú ni tus funcionarios tienen todavía temor de Dios el Señor.

31 Los sembrados de lino y de cebada quedaron destrozados, pues la cebada estaba ya en espiga y el lino estaba en flor. 32 Pero al trigo y al centeno no les pasó nada porque brotan más tarde.

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